lunes, 5 de octubre de 2009

Hecho pistola y en "la gusanera" todavía

Sigo siendo el hombre de treinta y tres años que vive junto a su esposa e hijos en una ciudad costera del sur de la Florida. Maltrecho; porque trabajar siete días a la semana termina por molerte.

Tengo una tendencia al egocentrismo. Aunque podría ser confundida con mi instinto de supervivencia. Todavía me cuesta creer que a estas alturas de la vida me encuentre encajado entre dos trabajos de por mientras y sin esperanza de salir de esa caja por lo pronto.

Qué difícil se me hace abandonar el hábito de morderme las uñas.

A veces experimento una sensación de desorientación existencial: ¿qué hace un costarricense en Miami sin más familia que esa con la que comparte ese apartamento de alquiler en el cuarto piso de un edificio de condominios de tantos ubicado en una isla frente al turquesa del Atlántico?

Uno de mis problemas es que siento terror de aceptar que en realidad soy un artista mediocre, pero por suerte soy muy mediocre para aceptarlo. Así es que por el momento sigo creyendo que cabe la pobilidad -por despreciable que sea- de que logre perfeccionar mi veta artística.

Me preocupa que mi esposa y yo terminemos por enfermarnos. Hacernos cargo de dos niños es una tarea titánica (al menos para nosotros dos) y sin descanso. De hecho comienzo a sentirme algo enfermo, creo que -de nuevo- por la jornada de siete días a la semana.

"Vengo volando muy bajo buscando en un claro donde descansar..." de Padre Nuestro (Los Fabulosos Cadillacs)

A veces tengo la impresión de que escogí la respuesta equivocada hace cinco años atrás cuando nos mudamos a Miami, también conocida como la gusanera. Por que cada vez más me parece sensato esa otra vida más sencilla que imaginé para los tres (en aquel entonces éramos tres) en Turrialba, y cerca de un kínder Waldorf llamado "azul" algo, cerca de un puente, que me hubiera gustado para mi hijo.

Despiértenme cuando esté allá de regreso para siempre. Me duele la cabeza. Es por estar mirando este monitor de computadora por tanto rato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario