lunes, 29 de junio de 2009

Filosofar es como tirarse un pedo


"Saco de huesos" es una expresión muy zen, digo yo. Afuera llueve suavemente. ¿La vida está compuesta de ensayos? Otra cosa es que haya abandonado el componente espiritual de mi vida. Hace calor con el a/c apagado (por cuestión de economía), y con el ventilador apagado por simple pereza. Sin duda el calor es más fuerte que la pereza. Conseguí las gotas para infección en los oídos. Homeopáticas. La soledad te enfrenta a lados oscuros de la personalidad que quizás no quisieras ver. Me cortaron el servicio de telefonía celular por falta de pago. ¡Ja! pero aún tengo internet, así que todavía me puedo considerar un ser "civilizado". ¿Vivir, es ensayar? Yo sí me trago el cuento de Luis Barragán de que existe la magia, el misterio, los sueños, y toda esa vara que escapa a lo racional, pero que es capaz de conmover al ser más petrificado. Hay que dejar salir esos sentimientos, esos resentimientos, y expresarlos de la forma más cruda que se pueda. Decir lo que se quiera, sin ornamentos, pero con delicadeza. Estoy nervioso siempre. A la espera del depredador. Con construir casitas no se arregla nada. Hay que ir más profundo, a la fuente. ¿Por qué mis hermanas son unas perdidas? Ya he probado bastante de mi propia estupidez. Algo valioso de lograr sería la paz interior. ¡Híjole, si es que dejé morir mi imaginación, nada menos! Si ya no dibujo, si ya no contruyo modelos, si ya no pinto, entonces no puedo seguir llamándome "yo". ¿Quién soy, ahora que me dí por vencido? Es más fácil seguir llamando este estado "madurez", y dejar que los años perpetúen el engaño.

Pensándolo bien, tengo que barrer, trapear el piso, hacer la cena, doblar la ropa lavada, y luego dedicarle un rato a consolar el dolor de los sueños no realizados ¡se me agota el tiempo para llegar a ser un hombre de éxito! ¿Por qué me gustan tanto las películas de guerra -y si son de Vietnam, aún más? Ustedes los jóvenes- recuerden que las dos grandes interrogantes antes de casarse son la religión y los hijos.

Filosofar es como tirarse un pedo. Las dos cosas son un gran alivio. Filosofar, al igual que tirarse un pedo, está bien mientras nadie te oiga.

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